martes, 27 de septiembre de 2011

Destrozada en la cripta.




Necesitaba a toda costa poder establecer contacto con esa piel. Su calor, su color, su contextura me enloquecían de manera enfermiza. Había esperado mucho tiempo. Mis genitales ya no podían aguantar mas. Mi organismo necesitaba con lujuriosa desesperación esparcir el semen sobre su carne castigada y flagelada. Introducir mi miembro en un cuerpo envuelto en cortes y hemorragías, mientras un olor pútrido proveniente de unos huesos añejos invade con violencia mis fosas nasales era algo mi alma no podía resistir. Pues aquello no era un maritirio común y corriente; una oscura presencia me ayudaría a lastimar con fervor los pechos de esta atormentada mujer.

Con las pesadas cadenas colgando de mis brazos y mis oscuras botas caminaba por el humedecido suelo en el que ella reposaba. Dormía desnuda con su espalda apoyada en unos viejos azulejos ennegrecidos por la mugre de aquella habitación. Con lentitud me acerqué y tomé su cabeza; luego la acosté en el altar.

A mi derecha se encontraba el codiciado cajón: en él había una vasta colección de huesos humanos extraídos de señoras ancianas. Pues habia pactado penetrarla compulsivamente con huesos humanos para poder prolongar el estado de exaltación en el que me encontraba. Dicha excitación era proporcionada por la disposición de un ente infernal en la zona de mis genitales. Pero para hacerlo ilimitado el Señor de las infinidades oscuras necesitaba que un cuerpo virgen sea lastimado y humillado para luego sumergirlo en las vastas disciplinas del placer infringindo. Solo asi se podía acceder a la exaltanción infinita.


Se encontraba ella completamente atada al altar, desnuda e inmóvil y sumida todavía en un profundo sueño. Comencé a lubricar sus pechos con un líquido marrón semejante al vómito humano con un intenso olor a descomposición

Apenas se despertó, introduje con fuerza una navaja en su rostro....los gritos no tardaron en aparecer..estaba completamente loco, no sabía lo que hacia...sus mejillas se convirtieron en un mar de cortes de los que fluían flujos incesantes de sangre. Me acercqué y la obligué a besarme mientras acariciaba su vagina, que con el dolor se había humedecido. Pude sentir sus labios lubricados con su propia sangre. Eran una delicia.

Tomé la perforadora y comencé a cortar con intensa vehemencia su zona abdominal, imaginando que en ese vientre se encontraba un feto al que podría descuartizar con alegría y satisfacción. Seguía gritando, y esta vez las lágrimas se entremezclaban con la sangre de su rostro....Ahora agarraba el martilo y me disponía a romper su tabique, para que rápidamente la sangre fluyera de su nariz y continuara manchando aquel rostro hermoso.



Completamente enloquecido por aquel sufrimiento, tomé el fémur extraído de la anciana y comence a introducirlo compulsivamente en su vagina, generando al instante una intensa hemorragia vaginal. No podía gritar ya mas fuerte, y el fémur seguía desgarrando su vagina.

Minutos después introduje mi pene para poder sentir su ensangrentada vagina. Fue entonces cuando mi cuerpo dejó de responder a mis instintos sexuales y comenzó a moverse por su propia cuena, guiado por la divinidad infernal. Me colocó sobre ella, abrió mi boca y expulsó de ella una sustancia viscosa y marrón sobre su cuello. Aquello parecía vómito, pero tenía olor a materia fecal. Sin embargo, no era ninguna de las dos cosas. El líquido enrarecido ocasionaba profundas quemaduras a medida que se esparcía por el cuello hermoso. Pero las quemarudas la enbellecían.

Un círculo de fuego nos rodeó; y doce figuras oscuras de mujer de mujer nos observaban detrás de aquel círculo. Se reían y gritaban algo que mi mente no era capaz de comprender. Ella, agonizando por el dolor infringido, cerró sus ojos y yo mordí su cara castigada para ser bendecido con su carne femenina.


El fuegó se disipó, las figuras desaparecieron y la deidad oscura me lanzó contra la pared mas cercana sin ocasionarme ningún golpe. La vos de un teletubi me dijo que me amaba.

Quedé sumido en la oscuridad hasta que recobré el conocimiento. Ya estaba infectado. Mi alma estaba bajo su dominio y sus placeres estarían conmigo hasta el fin de los tiempo.


Los quiero mucho. A ustedes y a los teletubies.



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